Freddie Mercury: Cómo fueron los últimos días del cantante de Queen que hoy hubiera cumplido 76 años de edad

Su amigo y asistente personal Peter ‘Phoebe’ Freestone recuerda sus últimos días, su diagnóstico de SIDA y la determinación de morir en “sus propios términos”.Farrokh Bulsara nació un 5 de septiembre de 1946 y falleció el 24 de noviembre de 1991 como Freddie Mercury, en la cima de la fama mundial como el compositor y vocalista de la insuperable banda británica de rock Queen. En esta fecha el cantante hubiera cumplido 76 años de edad, sino hubiera fallecido por complicaciones del SIDA, que le provocaron una bronconeumonía fatal.La muerte de Freddie Mercury ayudó a cimentar el estatus de leyenda que en vida ya poseía debido a los excesos en la esfera personal y por la efervescencia de su carrera musical.

Al lado del artista, durante estos altibajos, vivió Peter Freestone en su casa de Kensington, Garden Lodge, y estuvo con él durante su batalla contra el SIDA y los últimos días de vida del cantante.

Peter, amigo cercano de los miembros restantes de Queen y quien fuera asesor oficial en el set de la película ganadora del Oscar Bohemian Rhapsody, habla con franqueza de sus experiencias viviendo y trabajando con Freddie a través de su canal Ask Phoebe, en el sitio web oficial de Freddie Mercury.

Peter, conocido por los fanáticos de Freddie como Phoebe, por el apodo que Freddie le dio, conoció al líder de Queen mientras trabajaba en el departamento de vestuario del Royal Ballet en 1979. El dúo entabló una “amistad inmediata” que llevó a Peter a dejar su trabajo y unirse a Mercury como su asistente personal a tiempo completo en 1980.

“Viajé por el mundo con él, estuve con él en los momentos buenos y superé los momentos bajos”, dice Peter sobre los doce años que trabajó para la estrella antes de su muerte. “Actué como su guardaespaldas cuando fue necesario y al final, por supuesto, fui una de sus enfermeras”.Un buen amigo del cantante, Peter vivió con Freddie en su amada casa de Kensington, Garden Lodge, junto con sus seis gatos y su compañero Jim Hutton, durante muchos años antes de que la casa quedara en manos de su ex novia, Mary Austin, después de la muerte de la estrella en 1991.Recordando la enfermedad de Freddie, Peter ofrece un emotivo vistazo a los sentimientos de la estrella hacia el SIDA antes de que le diagnosticaran la enfermedad.“Freddie sabía que el virus del VIH estaba apareciendo en todo el mundo y sabía de amigos que morían a causa de la enfermedad, así que obviamente eso le pasó por la cabeza. Él podría haber pensado que estaba infectado, pero de nuevo, como muchos de nosotros, lo guardó en el fondo de su mente, pensando ‘no me pasará a mí’. Creo que a principios de 1987 Freddie tenía una buena idea de que estaba enfermo, pero pospuso la confirmación tanto como fue posible”, cuenta Peter.

Fue la exnovia y confidente de toda la vida de Freddie, Mary Austin, quien finalmente hizo que el cantante hablara con el médico que lo diagnosticó, a finales de abril de 1987.

“A Freddie le hicieron una biopsia en una marca en la mano”, recuerda Peter. “El médico de Freddie trató de llamar a Freddie, quien simplemente no quiso atender la llamada. Eventualmente, el médico llamó a Mary y le dijo que tenía que hablar con Freddie con urgencia, por lo que Mary tuvo que persuadir a Freddie para que hablara con su médico. Estoy seguro de que Freddie tenía una idea de lo que iba a decir el médico, así que no quería escuchar el diagnóstico”, recuerda.Peter reflexiona que cuando la enfermedad de Freddie se agravó, el cantante supo que su tiempo estaba llegando a su fin. Pero cree que la famosa declaración pública del cantante confirmando su diagnóstico el 22 de noviembre, y su posterior muerte dentro de las 24 horas posteriores, fueron una extraordinaria coincidencia.“Había un plan para hacer el anuncio antes de que Freddie muriera, pero eso fue todo”, dice. “Después de que Freddie regresó de Suiza el 10 de noviembre de 1991 y tomó la decisión de suspender su medicación, obviamente pasó por su mente hacer la declaración. Hizo todos los arreglos… Creo que simplemente sintió y supo que era su momento”, recuerda.

El 24 de noviembre de 1991, Freddie Mercury falleció en Garden Lodge, a la edad de 45 años a causa de una neumonía bronquial debido a complicaciones relacionadas con el SIDA.

“Tiendo a sentir que Freddie había decidido que ya había tenido suficiente y que era hora de irse por su propia cuenta. Creo que estaba en paz consigo mismo. Freddie decidió dejar su medicación en sus propios términos. Sabía las consecuencias de sus acciones y tuvo tiempo de hablar con amigos y familiares y despedirse”.En los horas previas a su muerte, Peter recuerda los últimos días de Freddie y la solicitud del cantante de echar un último vistazo a su amada casa de Kensington.

“Freddie estaba abajo en Garden Lodge el 20 de noviembre, ya que quería ver algunas de sus obras de arte por última vez”, dice. “Terry (el guardaespaldas y chofer de Freddie) lo cargó por las escaleras, pero caminó por la sala de estar y la sala japonesa, con uno de nosotros apoyándolo. Comentó cómo y cuándo había adquirido algunas de las piezas (en su casa). Por supuesto, hubo un ambiente tranquilo en la casa durante esos últimos días, pero Freddie siguió siendo el Freddie que conocíamos hasta el final”.

Si bien la personalidad de Freddie fue muy pública a lo largo de su vida, Peter recuerda que, en la muerte, a la estrella se le ha dado la privacidad que a menudo ansiaba en vida. “Hasta donde yo sé, hay una persona que conoce la ubicación precisa de las cenizas de Freddie, y así es como él quería que fuera”, explica Peter.

“Su funeral se mantuvo lo más discreto posible para una superestrella mundial. Se reservó para algunos de sus amigos cercanos y familiares. Freddie nunca habló sobre su funeral mientras estaba vivo. Como dijo en una entrevista, en realidad no le importaba lo que sucediera después de su muerte”, señala Peter, refiriéndose al famoso video del líder de Queen bromeando sobre su propia muerte.

Freddie, como lo recuerda Peter, era un personaje cariñoso y de múltiples capas con gran profundidad y personalidad tanto dentro como fuera del escenario. “Creo que nunca querría ser recordado como un simple mortal”, recuerda Peter. “Le dijo a Jim Beach (manager de Queen): ‘Puedes hacer lo que quieras con mi legado, pero nunca me hagas parecer aburrido’”.